La tristeza del samurái

Imagen de Boras

Reseña de la novela de Víctor del Árbol publicada por Editorial Alrevés

 

Esta es una muy buena novela.

Es una novela robusta, compleja, llena de personajes inolvidables, de acción dura y de temas que nos harán estremecer.

Tras la lectura y tras unos minutos de meditar sobre ella, nos viene a la mente de que trata sobre las grandes verdades del ser humano, sobre el amor, la venganza, la traición, el afán de poder, la muerte, es decir, todos aquellos elementos que nos rodean y que nos distinguen como seres.

Esta novela tiene dos cualidades innegables. Una es la atracción que despierta en el lector: desde el primer capítulo la novela te atrapa y no te suelta hasta la última línea; la otra cualidad es el descubrimiento de este escritor.

Bajo una prosa bella y en momentos funcional se aprecia a un escritor de una pieza, alguien capaz de transmitir sentimientos y pensamientos sin cesar, de construir una trama y unos personajes de calado y de unirlos y enredarlos entre sí hasta crear esta buena pieza de orfebrería.

Y digo orfebrería porque la novela es una muestra de ello. La estructura de la novela es compleja, con sus saltos hacia delante y hacia atrás en el tiempo y en los lugares, internándose en la mente de los protagonistas como un cuchillo en el vientre de un samurái suicida.

Pese a tener una estructura compleja, que el autor maneja a la perfección, y a tener abundantes elementos, como una multiplicidad de personajes, la novela funciona y funciona muy bien. La trama es llevada a buen ritmo y cuando terminan las cuatrocientas páginas que contiene hubiéramos deseado que se hubiera prolongado algo más.

Todo ello es ayudado por una prosa de calidad, que es manejada con soltura y eficiencia por este sorprendente autor dejando en algunos momentos unos pensamientos y unas ideas que recordaremos por tiempo.

Aunque como reseñista también deba hablar de algunos defectos que he encontrado, escasos pero defectos.

En la página 148 existe un error temporal: en un lado se habla de tarde y en otro de mañana.

En las páginas 167 y 332 se habla de un término, “bufado”, que no existe para tales frases. Creo que es un localismo y que sería reemplazable por el término bofado. Y por último en la página 295 existe una palabra que es de difícil trato y más difícil conocimiento la palabra desbalagar, propia de otros países.

Salvo esto y la costumbre, recién instaurada, de no puntuar los adverbios como solo, que aunque reconocido por la RAE no dejan de crear problemas al lector y la editorial o los correctores deberían de obrar como antes, es decir puntuándolos, no hay ningún error reseñable más.

Estos mínimos defectos no ensombrecen la novela, una novela de una pieza, fuerte y robusta que hará disfrutar en cantidades industriales a todo aquel que tenga el placer de acercarse a su lectura.

Hay que agradecer a la editorial Alrevés la apuesta por esta obra, aunque decir apuesta es ser aventurado porque es una apuesta segura a caballo ganador. La editorial Alrevés ha demostrado ser capaz de editar un libro con buen gusto y con detalles que hablan muy bien de su trabajo. No recordaba cuanto tiempo hacía que una portada de un libro no casaba tan bien con el argumento de él y es muy de agradecer.

Anímense a leer esta novela, no defraudará, puedo aventurar con seguridad que será una de las mejores publicadas en este recién estrenado año y esperemos que el autor siga por esa senda y nos vuelva a ofrecer maravillas como ésta.

 

LA TRISTEZA DEL SAMURAI

VICTOR DEL ÁRBOL

413 páginas

ISBN: 978-84-15098-02-7

EDITORIAL: ALREVÉS

Fecha de publicación: 2011

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