Polisse

Imagen de Jack Culebra

Un drama policial de la mano de Maïwenn y Emmanuelle Bercot

Polisse, que supongo que traducido al castellano dará algo así como Polizía —por aquello de conservar la grafía incorrecta infantil—, es una película policíaca que entronca con la nueva ola de narraciones realistas y algo costumbristas del género, al estilo The Wire, pero dentro de una óptica —y también una escenografía— francesa. No se trata solo de que la acción transcurra en París, sino del tono utilizado, muy propio del cine galo.

La trama nos lleva a una unidad de crímenes contra menores, desde la cual se ocupan de los peliagudos casos de abusos sexuales, violencia, malos tratos, precariedad, etc., y, a través de los distintos componentes de dicha unidad, tenemos una panorámica de uno de los lados ocultos de la ciudad. La narración se presenta a modo de mosaico: es fragmentaria, da espacio a personajes muy dispares y, mediante pequeñas historias narradas de un modo cronológico continuo, crea un cuadro general.

No asistimos al desarrollo de ningún caso complejo, sino que se nos brindan muchas realidades, desde el pederasta de buena familia y contactos con las altas esferas a las familias inmigrantes ilegales que viven en chabolas empantanadas en redes mafiosas, siguiendo el día a día de los policías. Los protagonistas, que son muchos, son los que llevan el peso del filme. Polisse es una película emocional: aunque la producción hubiera permitido lo contrario, no es una de acción ni un documental. Lo que parece interesar a su directora son las relaciones humanas, cómo el drama cotidiano afecta a unos y a otros.

Drama, porque aunque hay numerosas pinceladas de humor —negro en la mayor parte de las ocasiones— y romance, es el drama el que termina alzándose como motor de la película. En este sentido, es patente el sentido de denuncia, la vocación de retrato social no inocente que tiene Polisse.

Hay que señalar que la película tendrá un valor añadido importante para el público francés, ya no solo por los entornos y las situaciones retratadas —que bien podrían extrapolarse a otros países similares—, sino por el elenco de actores encabezados por el famoso y polémico rapero Joey Starr, de los NTM. Este valor añadido se puede compensar para el público extranjero con el halo de exotismo que siempre tiene ver este tipo de historias fuera del archiconocido mundo yanqui.

En resumidas cuentas, Polisse es una sólida película de género negro que mantiene su carácter e idiosincrasia propios y que, gracias a ello, destaca y evita todo halo de imitación. Un trabajo muy interesante que nos obliga a mirar a uno de los rincones oscuros de nuestra sociedad consiguiendo un buen equilibrio, nada amarillista, entre la franqueza y la mesura.

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