Magnífica víbora de las formas

Reseña de la original antología de relatos de Juan Antonio Fernández Madrigal publicada por el Grupo AJEC

Ésta es una obra que recopila una serie de trabajos que ya aparecieron en su día en revistas y antologías, y que, en ocasiones, fueron premiados como obras independientes. Ahora, como parte de un proyecto mayor sobre las víboras de las formas, el Grupo AJEC los recopila en esta antología. A priori, estos elementos deberían respaldar una cierta calidad, y, afortunadamente, es el caso: Magnífica víbora de las formas es una antología compuestas de relatos que ya son interesantes por sí solos, pero que adquieren una dimensión todavía mayor al ser presentados como un conjunto.

El libro, ordenado según la cronología de los hechos relatados -aunque hay importantes saltos temporales- nos presenta la historia de la humanidad empezando por nuestro pasado -el primer relato se sitúa en la Edad Media- y transportándonos hasta un futuro tan lejano como insondable. El elemento vertebral del volumen no es único, o al menos muestra varias facetas que luego se conjugan en una evolución de los hechos concreta. Esta particularidad no sólo da consistencia al escenario, pues rara -por no decir pobre- es la realidad en la que un hecho afecta a todo de un modo directo, sino que lo dota, además, de una singular riqueza.

La ciencia ficción pura tiene su lugar dentro de las páginas del libro, que se podría encuadrar sin muchos quebraderos de cabeza dentro del género, pero también la reflexión filosófica a distintos niveles y centrada en distintos ámbitos, así como la fantasía, que se nos aparece con numerosos guiños jugando a desdibujar límites, el terror o el retrato social.

Las historias concretas de cada relato suelen centrarse en personajes muy concretos: algunos, a medida que se toma una visión global de los hechos, resultan representativos o claves de su época, mientras que otros se mantienen más en su papel básico de personajes de a pie. Este juego de enfoques también permite jugar con la idea del elegido, reduciendo en muchas ocasiones al protagonista a la persona que estaba en el momento “adecuado” en el lugar “adecuado” -que es, a fin de cuentas, el motivo por el que se suele contar la historia de alguien-.

Más allá de esta personalización de la evolución del escenario planteado, los relatos conservan pocos puntos aparentes de unión, lo que aumenta la sensación de variedad y riqueza. Es una particularidad que también pone de manifiesto el oficio del autor como narrador. La prosa, personal, trabajada y ágil, es otra buena muestra.

Así, “Magnífica víbora de las formas” se configura como una lectura muy entretenida, que destaca por su ingenio y su facilidad por acercar conceptos, y un buen gancho para introducir a los lectores al universo al que asoman estos particulares ofidios.

Autor

Juan Antonio Fernández Madrigal (1970) es Doctor en Informática y Profesor Titular en la Universidad de Málaga, donde aparte de su labor docente investiga en robótica e inteligencia artificial.

En lo literario ha publicado novelas, antologías y más de cien relatos en los medios más destacados de los géneros de la fantasía y la ciencia ficción españolas. Asimismo, ha sido finalista de los Premios Ignotus, ganador del Premio Espiral, y Autor Revelación del Año en las Menciones Aleph. Actualmente reparte su tiempo no laboral entre la escritura de nuevas novelas y relatos, la ilustración de género fantástico y la administración de la biblioteca personal Biblion en Internet.

Sinopsis

Antología de ciencia ficción en la que se encadenan relatos con un trasfondo común, en ocasiones no muy aparente, para terminar construyendo parte de una historia global mayor.

Edición

Magnífica víbora de las formas

Juan Antonio Fernández Madrigal

Bolsillo, 2007

Grupo AJEC

Conclusiones

Esta antología es una opción más que interesante para los amantes de la ciencia ficción y para todo escritor que pretenda crear un mundo propio con acierto. Por su formato y el refrescante cambio de enfoques, personajes y escenarios -que además convergen con una fuerza inesperada hacia el final- resulta una lectura rica pero fluida.

La habilidad narrativa del autor permite que conceptos aparentemente complejos resulten asequibles. Se agradece particularmente que no se pierda en explicaciones imposibles y que no abuse de la jerga “técnica”. Por otro lado, el navegar por registros variados hace que sea una buena opción de lectura también para los profanos de la ciencia ficción.