Estrella doble
Reseña de la novela de Robert Heinlein, que fue galardonada con un Premio Hugo
Como si fuera un guiño a su propio título, con Estrella doble uno no sabe si se encuentra ante una historia universal a la que se le ha dado el marco exótico de una space opera, o ante una space opera que ha optado por una historia universal para facilitar su exposición. Sea como fuere, el caso es que en ambas facetas la novela brilla como el susodicho astro.
He de confesar que es la primera novela de Heinlein que leo, y también una de las pocas obras de ciencia ficción clásica que abordo. Quizás por ello las impresiones que me ha generado Estrella doble derroten en algo por falta de referencias. Tras esta advertencia, diré que la novela me ha parecido muy sólida en todos sus aspectos, y particularmente interesante en los dos citados previamente.
Por un lado, los personajes resultan muy vívidos y están muy bien perfilados. El protagonista, que borda el papel de hombre obligado por las circunstancias a suplantar por un tiempo una identidad que no es la suya y que se ve enredado en un ambiente que le es extraño, se nos aparece cercano, humano y extraordinario al mismo tiempo. Heinlein consigue dotarle del carisma indispensable para que soporte el peso de la historia, y teje con acierto sus relaciones con el resto del reparto (algo vital, pues la narración está enfocada plenamente hacia este personaje).
Por otro lado, el escenario es consistente y evocador. Entraría dentro de lo que nos viene a la mente cuando hablamos de ciencia ficción en primer grado: naves espaciales, colonias extraterrestres, alienígenas, corporaciones de dimensiones insólitas, complicadas relaciones diplomáticas... No obstante, el autor no se queda en el gadget y consigue dotar de profundidad al conjunto, hasta el punto de hacer que nos interesemos realmente por sus avatares.
Es esta una de las claves de la novela, porque, en cierto modo, Estrella doble es una historia de "intrigas en la corte", aunque en un ámbito más amplio que el que abarcaban los reinos clásicos y con ciertos toques de comedia de situación. De este modo, es gracias a esa combinación de decorado interesante y personajes sólidos que el libro funciona con la eficacia que lo hace.
Su lectura me dejó un magnífico sabor de boca. Sin duda aúna características que lo convierten en una buena recomendación para los que quieran disfrutar del género, lo conozcan ya o no: buen ritmo, buen universo y buena mano para combinarlo todo. Eso sí, las personas tienen un papel primordial en el mismo; la acción y las grandes batallas quedan para otras historias.
Autor
Heinlein nació el 7 de julio de 1907, en Cutler, un pequeño pueblo del condado de Bates, Missouri. Continuó sus estudios en la Academia Naval de Annapolis hasta 1929, cuando se graduó como ingeniero mecánico. Su andadura militar finalizó pronto, en 1934 y con veintisiete años, cuando lo retiraron como no apto para el servicio por motivos médicos. Hasta 1939 se dedicó a diversas ocupaciones, entre ellas una breve incursión en la política. En este año comienza a publicar ciencia ficción, con el envío a la revista Astounding Science-fiction del relato La línea de la vida (Lifeline). En dos años alcanzó la fama en el mundo de la ciencia ficción, pero entonces su país entro en la Segunda Guerra Mundial y Heinlein dejó la literatura para unirse de nuevo a la Armada. En cuanto la contienda terminó, dejó el laboratorio, volvió a California y buscó agentes literarios para introducirse en nuevos mercados. Y consiguió lo que quería, llegando a publicar en el Saturday Evening Post, la revista que mejor pagaba y la más prestigiosa de la época. Esto supuso un empuje para el género de la ciencia ficción, que comenzaba así, de la mano de Heinlein, a salir del ghetto. En este período Heinlein empezó a escribir los llamados “libros juveniles”, libros de aventuras para adolescentes.
En 1948 crea un guión que se llevó al cine con su colaboración el año siguiente bajo el título Con destino a la Luna (Destination Moon). Durante los años 50 cosechó dos premios Hugo, uno en 1956 por Estrella doble (Double Star) y otro en 1959 por Tropas del Espacio (Starship Troopers), novela que, para sorpresa de Heinlein resultó polémica a la par que exitosa. En 1960 finaliza una de sus obras más importantes, Forastero en tierra extraña (Stranger In A Strange Land) extensa novela que recortó a petición del editor a pesar de lo cual ganó de nuevo el premio Hugo de 1962. En 1965 los Heinlein vuelven a California, esta vez a Santa Cruz. En 1967 gana de nuevo el Hugo por La luna es una cruel amante (The Moon Is A Harsh Mistress). En 1970 una peritonitis casi acaba con su vida, pero se recupera y en 1973 publica Tiempo para amar (Time Enough For Love).
Durante los años siguientes Heinlein interrumpió su producción de ficción, hasta que en 1980 publica El número de la bestia (The Number of The Beast). La seguirán otras cuatro novelas hasta que el 8 de mayo de 1988 fallece apaciblemente mientras duerme. Sus cenizas fueron esparcidas sobre el Océano Pacífico, y las de Virginia lo siguieron cuando murió en 2003.
Edición
Double étoile
Robert Heinlein
Gallimard, 2007
Bolsillo
En castellano, la obra está publicada por La Factoría de Ideas.
Sinopsis
Un actor de segunda es reclutado para hacer de doble de una relevante personalidad intergaláctica.
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