Se presenta Claro de luna
La primera novela de Miguel Aguerralde Movellán se presenta el sábado 8 en el Espacio Canarias de Madrid
Ediciones Idea ha lanzado, dentro de la colección Tid (Textos Idea), la primera novela de Miguel Aguerralde Movellán, Claro de Luna, una ficción sobre «la soledad de la indefensión, del camino de uno mismo por romper con la confortabilidad de la infancia y la adolescencia y atreverse a irrumpir en el mundo adulto como un soldado en campo abierto», en palabras del escritor. Esta obra se presenta el próximo sábado, 8 de mayo, a las 20:00 horas, en el Espacio Canarias. Creación y Cultura de Madrid (Calle Alcalá, nº 91). El autor estará acompañado por el escritor y poeta Luis Antonio González Pérez. El acto cuenta con el respaldo del programa Canarias Crea del Gobierno de Canarias para la promoción exterior de los creadores isleños.
La protagonista de Claro de Luna presenta un programa radiofónico nocturno en el que, cada madrugada, presta oídos a las voces anónimas que buscan en ella consuelo y compañía. Una de esas llamadas resulta ser diferente a todas las demás; a medio camino entre un crimen horrible y una broma macabra. Desde ese momento, Luna se sentirá acosada y sumida en una espiral de miedo y confusión en la que sólo tendrá la ayuda de un joven del que sabe tan poco como de ella misma. Según Miguel Aguerralde, Claro de Luna, «la metáfora de una joven locutora solitaria torturada por un sin fin de terrores y dudas, no es más que el reflejo de lo que todos hemos sentido al encontrarnos por primera vez solos ante las espinas de la vida». El escritor no esconde la influencia en esta obra de un programa radiofónico del estilo de Hablar por hablar: «En mi casa nunca fuimos fieles a este tipo de programas, pero, sin embargo, jamás olvidaré una noche de insomnio en la que el azar me llevó a sintonizar uno de ellos. Bien entrada la madrugada, recibieron la llamada de una mujer que decía ser ciega y que entre susurros afirmaba temer a su marido. Le temblaba la voz, parecía horrorizada, y de repente, con una exclamación, la llamada se cortó. La presentadora, enfadada, se lo tomó como una broma de mal gusto, pero a mí, que debía rondar los trece o catorce años, me heló la sangre y siempre me pregunté qué habría sucedido. Supongo que esa noche nació Claro de Luna».
Miguel Aguerralde reconoce que, sin haber sufrido las penurias de la protagonista, sí se ha inspirado en algunos aspectos o experiencias de su vida, como su «inquietante casa y parte de lo que allí le sucede». Se trata, apunta el autor, del «primer apartamento al que me mudé cuando salí de casa de mis padres, un cubículo aterrador pegado al Parque San Telmo, sin mirilla ni apenas luz al final de un tétrico pasillo, con una comunidad de vecinos espeluznante y una sucesión de sonidos indeterminados cada noche. Ponía los pelos de punta.».
En cuanto a sus maestros literarios, Miguel Aguerralde Movellán cuenta que la primera vez que se propuso «inventar una buena historia fue al terminar La Esfinge de los Hielos, de Julio Verne. Quería más, mucho más». Posteriormente, «el suspense aventurero de los primeros libros de Arturo Pérez Reverte, el terror cercano de Stephen King o la imaginación macabra de Clive Barker han influenciado por encima de otras lecturas en mi manera de entender la escritura», añade.
Miguel Aguerralde Movellán nació en Madrid a finales de los setenta, pero siendo aún muy pequeño su familia se estableció en Las Palmas de Gran Canaria. Canario de adopción, pasó su infancia y su adolescencia embarcado en un viaje de libros de aventuras y novelas de misterio, hasta que en el año 2000 se atrevió a tomar la iniciativa y empezó a escribir él mismo las historias que le hubiera gustado que otros le contaran. Desde entonces ha compaginado una infinidad de ocupaciones con su vocación de cuentacuentos, volcando en su viejo portátil y en varias docenas de cuadernos y libretas todo aquello que brotaba de su inquieta imaginación. Hoy en día se dedica a la docencia y dirige el blog www.desdeelsotano.es, de críticas de cine y literatura, donde cuelga sus relatos y practica la escritura cada día. «Nunca paro de escribir», afirma Aguerralde. Por eso, la publicación de su primera obra, Claro de Luna (Ediciones Idea, 2009), coincide «con otras seis o siete novelas esperando su turno o su golpe de suerte».
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