Vaya, qué casualidad, justo hace quince minutos he terminado de leer tu libro Asura, por el cual -por que nunca es tarde- te felicito. Ha sido un placer leerte.
Épica
El joven despierta en un cuarto oscuro, húmedo. No ha estado allí antes. Se incorpora, mira alrededor, suspira. Está encerrado en las mazmorras de algún castillo olvidado. No recuerda su nombre, no recuerda su vida. Contra todo pronóstico sonríe.
Se sabe protagonista de una tetralogía épica. Habrá dolor, sí. Habrá sufrimiento. Sin embargo, todos los actos, conscientes o no, que realice a partir de este instante conducirán a un hermoso y ansiado final feliz. El final que esperan los lectores. El final que les ofrecerá el autor.
Consciente de su poder, el joven abandona el cuarto sin apenas esfuerzo y se interna en oscuros, húmedos pasillos de piedra. Cuando cree que se ha perdido otro joven viene a su encuentro. Ha perdido recientemente a sus tíos, que le cuidaban con cariño. No ha conocido a sus padres. Confiado le muestra una inusual marca de nacimiento en su hombro, oculta bajo las ropas. Después le habla de su anciano maestro, de un mensaje secreto.
El joven se lleva las manos a la cabeza. Comprende que ese otro joven es el elegido; el otro elegido. Aterrado busca entre sus ropas un arma afilada, algo que le permita al autor eludir la decisión de cuál de ellos debe protagonizar la obra.
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Gracias por vuestros comentarios...y me alegra que te gustara Asura, Félix.
Ta chachi. Cómo en general todo lo que escribes. Tu relato, Tarántula, me encantó, y la antología Bebés jugando con cuchillos me pareció sencillamente fascinante.
Enhorabuena, ;)
Jejeje, muy bueno, Santi. Conociéndote ya algo, sabía que ibas a salirte por algún lado de lo previsible. Y mira, una forma realmente singular, me ha encantado :D
Me ha resultado sorprendente, al principio parecía una historia predecible cargada de ironía pero el giro final me ha puesto los pelos de punta. Creo que ya no veré a los protagonistas con tanta confianza de los buenos que son desde ahora. ;)
Me ha gustado la vuelta de tuerca sobre el tema clásico dentro de un dungeon. Quizá esperaba algo más largo aprovechando los tópicos del género, pero incluso en su corta extensión está bien aprovechado y cerrado de una manera original.
Un buen micro, divertido e ingenioso.
Y es que damos por supuestas demasiadas cosas en esta vida.
Enhorabuena
Muy bueno, Santi. Cruel en cierto sentido, pero muy bien llevada la paradoja: concisa y con fuerza. Un placer leerte.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.