Tres palotes
Nuevamente tenía que esgrimir la pluma conteniendo el verbo, aguzar el ingenio para rematar frases precisas que hirieran, en buena lid, al oponente. Empuñé el lápiz con tesón, mas, entre máscara y guantelete, se escurría el puñetero y no lograba vislumbrar mis trazos. Aquel esperpento supuso mi derrota.
Microjusta
Los contendientes se aproximan el uno al otro con paso lento pero seguro. Cuando las lanzas, enganchadas a sus corazas, están a punto de cruzarse, se detienen.
El niño, contrariado, moja el dedo en el agua con azúcar y recorre la pista con él. Los caracoles continúan la marcha.
Soy una chica buena.