Pisado.
Palabra: LLORAR
Pisado.
Palabra: LLORAR
Excarcelación
No me quedan lágrimas. Después de tanto tiempo llorando soy un pozo seco. A partir de hoy verteré mi sangre, pero, ahora que has regresado, no lo haré sin antes derramar la tuya.
La casa
Puedes llorar, suplicarnos, limpiarla, rezar, buscar ayuda, quemarla si quieres o aceptar que esta casa no es tuya, ni tampoco lo fue de mi hijo, sino que es nuestra, de sus muertos, que solo pretendemos descansar en paz.
TUMBA
El camposanto llora en silencio, con lágrimas de lluvia y rocío. Las hojas del sauce bailan al compás del airecillo. Todo es paz. Hasta en mi tumba, que alberga mis antaño belicosos huesos. En la muerte casi me arrepiento de mis horribles crímenes. Casi. El aire huele a sangre…
Urgencias
Después de varias transfusiones se sintió nuevo, podría decirse que revivido, y se apuró lo suficiente para llegar a su ataúd antes de que amaneciera.
Mía
Esperando que amaneciera contaba los latidos de su corazón, acunándome con ellos sin volver a dormirme. Esperando la luz saboreaba su aroma y suavidad, entre cena y desayuno, para mitigar mi oscuridad porque, la perdería de nuevo, como cada día,.cuando sonara el despertador.
La lengua es el arma blanda que mata sutilmente.
Exterminador
Acabé con el primero de ellos nada más comenzar la noche.
En la madrugada ya se contaban por cientos. Serían miles si no me hubiera despertado el maldito bip-bip.
Bip-Bip, la raza guía
La princesa se dejó guiar por ellos. Avanzaban a base de saltos perfectamente controlados, rítmicos y seguros, detectando la luz que pudiera sacarla de aquella oscuridad. Cuando abrió los ojos, los seres milenarios habían desaparecido. Ella volvía a estar a salvo en su reino de hospital.
Reencarnación
Adelgazó y perdió pelo; juraría que menguó; y ya no le entendíamos cuando hablaba. Por eso lo ingresamos. Ya no lo volvimos a ver. El paciente que nos presentaron con su nombre, no era él, por mucho que se empeñasen los facultativos y los monjes tibetanos que lo reverenciaban.
Bip-Bip, la raza guía
La princesa se dejó guiar por ellos. Avanzaban a base de saltos perfectamente controlados, rítmicos y seguros, detectando la luz que pudiera sacarla de aquella oscuridad. Cuando abrió los ojos, los seres milenarios habían desaparecido. Ella volvía a estar a salvo en su reino de hospital.
A esto le llamo yo sacar partido de una palabra.
Sigue con reverenciaban.
2 Pedro 2:6
Mientras ardían las calles de Sodoma y Gomorra fruto del fuego purificador, los temerosos, desde fuera y postrados, jaleaban con tal fuerza y entusiasmo, que solo pudieron ser acallados por los gritos de júbilo de los que se encontraban dentro, por fin abandonados, por fin liberados.
A la paz de Dios.
El tiro por la culata
Como castigo por su indisciplina, Miguel y Gabriel fueron despojados de sus alas.Cruzaron una mirada de absoluto desconcierto y se adentraron en la noche. La última vez que los vieron estaban tomándose unas cañas y unas tapas con dos rubias despampanantes.
El tiro por la culata
Como castigo por su indisciplina, Miguel y Gabriel fueron despojados de sus alas.Cruzaron una mirada de absoluto desconcierto y se adentraron en la noche. La última vez que los vieron estaban tomándose unas cañas y unas tapas con dos rubias despampanantes.
despampanantes
A la paz de Dios.
Lo dicho: despampanantes.
Confesión
Son tan distintas, no tienen nada que ver contigo, excesivas, desmesuradas; no tienes que preocuparte, cuando estoy con ellas solo pienso en ti, en tu rostro sereno, tu exquisita mudez, tu perfecta inmovilidad.
Una hora más
Permanecí inmóvil, hipnotizada al verla moverse, con aquel ritmo. Hasta que la perdí de vista. Luego me sorprendió por detrás y di un salto hacia delante.
Solo me mueve la curiosidad. Miau.
DELANTE Y DETRÁS
Delante de mí, el impertinente ciclista que no me deja adelantar. Detrás de mí, unas curvas después, una rueda de bicicleta gira sobre el asfalto. Uno más en la larga cuenta.
—¿Sencillo? —resoplé—, no es tan fácil matar a alguien.
Enarcó una ceja (yo juraría que movió también una oreja).
—Basta apretar el gatillo.
Abrí disimuladamente el sobre: conté 5 billetes, de cinco, arrugados.
Deslicé mi mano en el bolsillo.
Disparé.
—Demasiado fácil —falla un juez (y dos y tres).
Tres años y un día.
Uno (en la cara), dos (en el estómago), tres (en el pecho), cuatro (en el brazo que he levantado), cinco (patada en la rodilla), seis… (hoy ha bebido más, se ha quedado antes sin fuerzas). Es el momento: disparo tres veces, solo tres.
La lengua es el arma blanda que mata sutilmente.
Destinos
Siempre fueron tres. Dos amigas y él los que compartieron sus mejores años hasta que los corazones libraron batalla. Una quedó maltrecha al no ser correspondida, la otra encontró la muerte junto a su amante años después y él cargó con su castigo por haber errado en la elección.
Diferencia de criterios
Yo elegí vivir. La muerte prefirió decantarse por otra opción.
Solo me mueve la curiosidad. Miau.
Dilema
Tras descubrir tu traición, no sé si pagarte con la misma moneda o envenenarte poco a poco para degustar el dulce sabor de la venganza.
Los hunos contra los "hotros".
Sírvase bien fría
Después de muchos años se dirigió, con caminar ceremonioso al nevero de lo alto del cerro. Observó satisfecho su perfecto estado de conservación. Había llegado el momento de liberarla de aquellos hielos perpetuos, para satisfacer antiguas afrentas.
¡Corten!
Y el llanto brotó
tras la orden del censor.
CENSURA
—Esa parte hay que eliminarla —dijo el siniestro censor.
—¿Y el resto? —preguntó tímidamente el productor.
—No. Solo hay que suprimir la muestra de amor de los protagonistas.
Así se hizo, y desde entonces en el mundo solo quedaron el odio, ña guerra, la muerte y el dolor
En la batalla
—Aguanta, Flanagan. Ya llega el doctor.
—Duele muchísimo, Strike.
—Ya lo sé, amigo. Acuérdate de nuestro señor Jesucristo.
—Si ya me acuerdo, ya. Y de sus progenitores también.
Amor desinteresado
Me gusta su simpatía, su inteligencia, y esa forma tan dulce de sonreír después de hacer el amor. Por eso le amo tanto. Que sea millonario no me importa, es sólo una circunstancia más, que acompaña a su casta de rancio abolengo.
Genética
Repasamos todo su árbol genealógico, pero nada: ninguno de sus antepasados tenía los ojos rojos ni era conde. Así que me miró con suspicacia sin soltar a nuestro pálido bebé y tuve que reconocer que mi bisabuelo Acheron procedía de Transilvania.
La lengua es el arma blanda que mata sutilmente.
Tierra de sombras
Nunca sabrás lo que es el verdadero horror si no has cruzado por la noche los bosques oscuros de Transilvania. Y si lo haces, jamás podrás contarlo, querido peregrino.
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Pisado.
Palabra: llorar.