Consejo materno
Mi madre siempre lo decía "El bien es aquello que siendo provechoso para alguien no perjudica a los demás"
Por ello cuando me casé con aquella anciana senil y la maté para obtener la herencia no tuve remordimiento alguno; era provechoso para mi y ella dejaba de sufrir. No entiendo por qué el juez no lo vio así, sin duda ética y legalidad no van de la mano.
Consejo materno
Mi madre siempre lo decía "El bien es aquello que siendo provechoso para alguien no perjudica a los demás"
Por ello cuando me casé con aquella anciana senil y la maté para obtener la herencia no tuve remordimiento alguno; era provechoso para mi y ella dejaba de sufrir. No entiendo por qué el juez no lo vio así, sin duda ética y legalidad no van de la mano.
Lord_Ruthven, microrrelato invalidado por exceso de palabras. Son cincuenta y no setenta.
Palabra: BIEN.
Disculpe juez Décimo, con las prisas propias de una hora feliz no las habia contado.
La palabra en BIEN
Lord Ruthven, no sé si se puede, pero igual puedes abreviar el micro y volver a probar
Lord Ruthven, no sé si se puede, pero igual puedes abreviar el micro y volver a probar
Fish, me temo que Lord_Ruthven se ha marchado y no parece que haya mucho movimiento en este páramo. Esperemos.
La palabra es BIEN.
Hacer el bien
Mal rayo les parta, Padre —mascullaba Jesús entre garrafas de queroseno, a la puerta del templo— quien a buen árbol se arrima…
¡¡¡Hasta aquí!!! Finaliza la HORA FELIZ más desolada que recuerdo. Asumo toda la responsabilidad, quizás el día y la hora no estuvieron bien elegidos. Agradezco a Fish, a Lord_Ruthven, Artemissa y Empatía por haber participado y hacerme sentir, con vuestros microrrelatos, que no he perdido el tiempo. ¡Me han gustado vuestras creaciones!
Vosotros cuatro, tenéis barra libre en la taberna…, hasta mañana, claro.
La palabra es Tangente.
Maneras de hacer
Siempre le gustó ir de frente a todo, directa al grano. Copié su método y le disparé entre ceja y ceja, mirándola a los ojos, sonriente.
El tonto
Todos se burlaban al verlo. Siempre iba por la calle sonriendo, con las ropas que le daban los vecinos. No sabía hacer nada, solo decía tonterías. Apiadados, le daban de comer y le construyeron una casita.
Yo creo que el que se reía de nosotros era él.
Preposiciones indecentes
Ante mis ojos el maestro Antonio, y mi cuerpo contra la pared. Sin aliento. Bajo mi falda, so pena de morir de necesidad, me muestra una magistral lección de los usos y juegos de la lengua española.
Recuerdo de turista
Pasión moruna, nobleza cristiana, sabiduría hebrea, fuego en la sangre. Todo ello en un instante, en una mirada altanera que me robó el corazón una noche de hoguera y guitarra. Desde entonces sueño contigo España, con tu aroma a azahar con el aroma de tus mujeres esquivas.
A la antigua usanza
Le pedí el divorcio y me ignoró. No responde al teléfono, ni a mis mensajes. Tampoco recoge los burofax que le envía mi abogado. Necesito comunicarme con ella.
Hoy he ido a quemarle el coche y la casa. A ver si con señales de humo...
Por ti se sabe dónde está el fuego
La vista es mañana.
Expongo mis argumentos, enfatizo los puntos fuertes, los apuntalo con referencias a varios dictámenes, examino el resultado de mi exposición en mi oponente y el espejo me sentencia con voz calma y una media sonrisa mordaz.
La sonrisa irónica
Le guié hasta la habitación de la que emergía la risa. Abrí la puerta y señalé el pedestal.
—¿Por qué ríe? —preguntó, aterrorizado.
—Dice que la muerte da risa —. Me encogí de hombros.
Salimos. Cerré con llave. Al otro lado, la calavera siguía carcajeando sin parar.
Para siempre
Tú y yo somos el proyectil que ruge en la noche. A casi doscientos por hora, los árboles son manchas oscuras que cimbrean de soslayo. Noto que te me pegas, te tiemblan las piernas. Has hecho mal cortando conmigo tan lejos de tu casa. Alcanzamos los doscientos cincuenta.
Maldita literatura
Me tienes loco con esas sombras de las que me hablas y que no me sugieren más que pereza y lumbagos, y es que además no creo que estés ya para esos trotes, y te lo digo de corazón, tampoco para conmigo, abuela.
Amantes
El lobo feroz se refugiaba tras un árbol.
Caperucita sostenía el rifle con destreza.
La anciana, desnuda, no paraba de gritar.
Fusión nocturna
Un atropellado golpe de aire tropezó contra la mano que por la espalda tapaba su boca con violencia, pero con una rápida maniobra aprendida en las clases de defensa personal de la parroquia, golpeó la entrepierna del agresor y los gritos de ambos se fundieron en la noche.
Insomnio
Cada noche contaba ovejas para dormir. Era efectivo, pero empezó a resultar incómodo cuando los animales le impidieron moverse por la casa.
Nómada
Despertaba cada día en una cama, con nuevos olores, nuevos besos y viejos billetes arrugados que formaban parte de su único hogar: la supervivencia.
Aprender en cabeza ajena
Cansada de dar tumbos, de equivocarse mil veces para no escarmentar jamás, de enamorarse siempre del hombre equivocado, rescató del baúl de los recuerdos el viejo manual de supervivencia que le recomendó el abuelo y desde entonces todo empezó a ir de mal en peor.
Confianza
Hace días que el vecino de arriba se instaló en nuestro sofá. Tiene el mando de la tele y no hace más que pedir cerveza. Mientras toquetea a mi mujer, yo le preparo hamburguesas y pizzas. He llamado a la policía. Están instalados en el sofá de mi vecino.
Metacrilato
Nunca fuimos vecinos, no llamaste a mi puerta para pedir sal ni tus braguitas cayeron en mis cuerdas de tender. Nunca te escuché hacer el amor con otro. Y sin embargo, siempre nos han separado estos malditos muros que no soy capaz de derribar.
Confianza
Hace días que el vecino de arriba se instaló en nuestro sofá. Tiene el mando de la tele y no hace más que pedir cerveza. Mientras toquetea a mi mujer, yo le preparo hamburguesas y pizzas. He llamado a la policía. Están instalados en el sofá de mi vecino.
Bravo Fantasma.
la palabra es derribar
Confianza
Hace días que el vecino de arriba se instaló en nuestro sofá. Tiene el mando de la tele y no hace más que pedir cerveza. Mientras toquetea a mi mujer, yo le preparo hamburguesas y pizzas. He llamado a la policía. Están instalados en el sofá de mi vecino.
Bravo Fantasma.
la palabra es derribar
¡Gracias! 
La palabra sigue siendo derribar
Volver a empezar
Vivimos en un edificio que, entre balanceos, se sostiene sobre una ramita de paciencia. Respiramos con cuidado, hasta que una chispa provoca la discusión, y la discusión, el derrumbe.
Incomprensiblemente, todo vuelve a alzarse, tan endeble como siempre, y nosotros volvemos a hacer equilibrios para soportarnos.
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La palabra es Bien