Cabalgando hacia tu corazón
No necesito jinete ni fusta, no voy al galope ni me desboco. Voy al trote pero sin demora. No soy el poni que deseaste de niña, ni el vigoroso alazán blanco que ansías, sino ese caballo gris, amargo, que recorre tus venas y apaga tu vida.
Apuesta
¡Mediano se pone en cabeza! Juan aprieta los dientes y se clava las uñas en las manos. Con el premio podrá compartir con Vanesa la noche más romántica del mundo y pedir su mano ataviado con un esmoquin.
¡Mediano cae al suelo! Silvia, tendrá que ser Silvia.