Consuelo
—¡Mami! ¡Mami! —grita Vicente al despertar, empapado en sudor.
Los muelles de la cama crujen. Una mano suave le acaricia el cabello.
—Tranquilo, pequeño... La pesadilla ha terminado. Mamá ya está aquí —susurra el payaso asesino mientras coloca la cabeza ensangrentada de la mujer sobre el regazo del niño.
Subo de página Pesadillas, que lleva mucho tiempo colgado en la siguiente página y pasa desapercibido.