Isla desierta
Los coches pasan a su alrededor, tan rápidos que no llega a distinguirlos. Levanta un pie. Duda. No se decide a cruzar la carretera. Espera. Ninguno se detiene. La mediana es una línea de hormigón que parece no terminar nunca. Y sigue caminando, bajo el sol abrasador.
Muerto en muerte
Sus manos sujetan fuertemente el volante. El pie pisa a fondo el acelerador. La carretera de montaña sirve de guía a un coche que aún no conoce su destino final. Él intenta huir de una vida que le mata. Un giro brusco, y todo solucionado.