Íntimo
Tras soportar las heridas, abiertas por los mejores desde su infancia hasta la edad adulta, ha adquirido una experiencia exquisita en lo que a dolor se refiere. Ahora no necesita a nadie ni cometer errores para ello. Sabe sufrir al máximo sin ningún tipo de ayuda externa en absoluto.
Malos usos.
¿Los cafés? Que los traiga el nuevo.
¡Necesito fotocopias urgentes de estos documentos! Que las haga el nuevo.
¡Vaya lata! Ordenador bloqueado… ¡Pues que lo revise el nuevo!
Al cabo del día, ocupando la silla del nuevo, había un viejecito de barba blanca algo desgastado por los bordes.
EL puritano
- ¿Sabes una cosa? Jamás me habían insultado de esa manera, se que los chicos os creéis muy valientes, pero no os conviene ser bordes conmigo. Sabéis a lo que me refiero.
- Sí señor, lamentamos haberle ofendido…
- ¿Te asusta de este mamón? Aaah…
- Problema resuelto.
Mentiroso.
"Otra vez", te digo con toda la paciencia del mundo.
Por enésima vez, agarras las costuras bajo la barbilla y estiras hacia arriba. Pero no hay manera. Me miras con la cara de John Wayne, esperando que no me dé cuenta de que ese tampoco es tu verdadero rostro.
A la velocidad de la luz
Yuri observa su rublo de la suerte. Una moneda conmemorativa del 2001 que le devuelve una versión vintage de su rostro, casco incluido. Por el rabillo del ojo ve pasar asteroides agujereados, satélites corroídos por el olvido y otros objetos abandonados a su suerte.
Una mala noche
Llega un momento en la vida de todo detective para coger el toro por los cuernos: pides hora para el urólogo, vas a la compra, sacas la basura… pero lo peor de todo es distinguir el whisky del jarabe y los tranquilizantes de los somníferos.
La amada duerme profundamente, arropada con sábanas de seda. Contempla la placidez de su bello rostro sobre el almohadón de plumas y después, la copa con el jugo de amapola sobre la cómoda.
El poeta suspira y comienza a escribir:
“Me gusta cuando callas…”
Recupero uno que tenía escrito hace tiempo:
El Ombligo del mundo.
-¿Pod qué no te callaz?- Repetía mientras le intentaban explicar que ‘Democracia real ya’ no promovía el apoyo de la plebe acampada hacia su corona.
Suceso lógico
Llegó el momento en el que los gobiernos no pudieron recortar más sueldos y derechos de los civiles. Ahora le tocaba el turno a la monarquía, que salía huyendo, despavorida, con la duquesa al frente.
Ceremonia
La luz arrastra los colores del vitral desde la ojiva hasta la corona sostenida en alto. Es la única bendición que obtendrá el futuro rey, cuya mirada busca al maestro orfebre. El Papa observa al artesano del vidrio. Mientras, la luz, traviesa, sigue jugando con todos, sin hacer distinciones.
Signos de alarma
Cuando le conté que hablaba con el gato, dijo "cuidado". Me preguntó si usaba pantuflas marrones, de esas afelpaditas, remeras maltrechas y camisones extra grandes. Nada que ver, aseguré mientras dudaba. Disimuladamente escondí las pantuflas debajo de la cama. Igual, son azules.
Desilusión.
Tras cumplir con su misión, aquel ceporro había tenido la desfachatez de quedarse dormido sobre la camita en la que ella soñara cien años. La Bella Durmiente frunció el ceño cuando los toscos dedos rascaron la entrepierna real por encima de los calzones, lo único azul de su dueño.
Trato
Seré dueño de tu alma si tú eres dueña de la mía.
Serás uña de mi carne y yo esclavo de tu risa.
Seré el que siempre se acueste contigo si tú eres la única que despierta a mi lado.
Siempre a tu lado
Cuando de niña, en la oscuridad de la noche, la asaltaba el terror de encontrar un desconocido debajo de su cama, no imaginaba que la peor de las pesadillas es amanecer cada día con el mismo viejo conocido entre las sábanas.
Toda una vida
Siempre que busco una ancianita para mi buena acción diaria, me ocurre lo mismo: veo una al otro lado de la calle con pinta de querer venir al mío. Un rollo: me toca esperar a que pase un boy-scout que me ayude a cruzar y luego ya…
Edito:
sábanas
Vergüenza
El fantasma pobre pasaba el día de la colada en una playa nudista.
Obesidad mórbida
Mis sensacionales poderes deductivos me avisaron del peligro, la aguja goteaba con un insano liquido verde y yo tuve que apretar los puños y taparme mis partes. Aquel fue el peor reconocimiento médico de mi vida.
Vida
Tras morir, su vida en el más allá apenas cambió. En vida, siempre había sido un fantasma.
Vecindad indignada.
Señor presidente de la comunidad de vecinos:
Primero fue la plaga de la cochinilla, causada por este otoño nuestro tan húmedo.
Después, con el calorcillo incipiente, nos llegan las cucarachas.
Pero lo de esos espectros pululando por la escalera tras la demolición del caserón encantado, no pienso tolerarlo.
Especialista
Cuando acabó la carrera, hizo un máster carísimo en el Más Allá. Luego, instaló un gabinete psicológico para tratar a fantasmas con la autoestima baja, que no creen en sí mismos.
Edito.
Tolerarlo
Redundancia
-Por si acaso. -Se justifica el elefante ante su esposa.
Ella sigue mirando con gesto intolerante y asqueado el nudo en su trompa.
Venganza
Mira que le dije a aquel vecino que no tocara eso a horas de descanso. Y él, dale que dale. Una noche, me sobresaltó y creí que estaba de nuevo de crucero. Eso no se hace, caca.
Cuelgo este micro, pero fuera de concurso, que conste en acta. Es que no he podido resistirme...:)
Se impone madurar.
Sentado en el sucio catre del calabozo, Shin-Chan considera la opción de que, a los treinta y siete años de edad, el truco de “¡Trompa, trooompa!” haya perdido parte de su gracia.
La palabra es CACA.
(A ver que si se me ocurre algo para esta...)
A trompicones
-Ca...cayó de...de deeeel quintopiso, re re re re rebotó en la...la terrazzza del cu cu cuarto y lu lu lu luegoenmi mi mi co coche. Te te tengo que que ir a tra...ba...bajar. ¿Tar...tardará mu...mucho el agente ju...ju...ju...judicial?
Retractándose
Consideraba que la humanidad solo progresaría realmente desde el momento en que los abogados desaparecieran. «Algo falla en el sistema si un hombre no puede defenderse a sí mismo», sentenciaba.
Mas «quizá para eso del Juicio Final sí vendría bien el socorro de un letrado» fueron sus últimas palabras.
OcioZero · Condiciones de uso
Confusiones
Le había pedido que me trajera una novela de terror y me trajo una novela sentimental; para acompañar la lectura, le señalé con el dedo hacia la cámara frigorífica y ella se puso a hacerme una tila. Lo propio hubiera sido perdonarla, pero yo también tenía derecho a errar.
"Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje..."