Sucesión (SC)

SUCESIÓN.
El etólogo Manuel Soler Cruz perdió años en la Universidad de Granada, tratando de comprender la aparente capacidad de predicción de los pulpos. El proyecto especial, auspiciado por el Ministerio de Educación y Ciencia de España, no arrojó resultados favorables. Si la especie Octopus Vulgaris, era capaz de vaticinar el porvenir, los humanos tendríamos conocimiento absoluto del futuro.
    Pero los cefalópodos octópodos de la familia Octopodidae, no cooperaban. Manuel Soler Cruz les planteó toda serie de retos mentales. Los obligó a encontrar la salida de complicados laberintos; los hizo abrir complejos frascos y recipientes. Después de tanto entrenamiento y experimentación, sus Octopus confirmaron ser los invertebrados más inteligentes del mundo.    Pero nada. No se reprodujeron las facultades de augurio del afamado pulpo alemán. Eran brillantes y sabían cómo obtener sus premios. Mejillones fueron comidos sin aportar indicios de ningún poder psíquico.
    El fracaso rotundo de tan extraño intento, derivó en la cancelación irreversible del proyecto. Pero hubo un error, quizás una omisión. A nadie se le ocurrió la idea de introducir en las peceras un sencillo micrófono subacuático. Los cefalópodos, de tanto escuchar a los humanos, habían aprendido nuestro lenguaje. Su hablar, producto de la expulsión del agua de su sifón, era con palabras infrasónicas. Mirando fijamente a los científicos, repetían una profecía: “Cuando el hielo se derrita, y las aguas cubran sus ciudades, nuestra especie heredará el mundo”.