Día 3
El Capitán me ha ordenado escribir un diario. Dice que es algo habitual en este planeta, y como Teniente debo obedecer. No me convence mucho esa idea de asimilar costumbres locales, pero supongo que es algo necesario para el éxito de nuestra misión.
Detesto la piel. Lo primero que he hecho hoy al llegar a la casa/cuartel es despojarme del traje, de esa cáscara repugnante, llena de sensaciones agresivas. La he dejado en la cámara bioquímica y así puedo estirar libremente mis extremidades, sentirme yo, de nuevo en la intimidad de nuestro cuartel sin arriesgarme a ser descubierto.
Fue el Capitán quien escogió a los sujetos. Para mí una hembra joven y para él un macho joven. Ambos vivían juntos en esta casa, deben ser familia o algo así. Dice que así podremos investigar mejor el extraño dualismo que presenta esta raza.
Día 6
Hoy he hecho un gran descubrimiento que puede ser de gran utilidad si decidimos finalmente invadir este planeta. La chica a la que le he “tomado prestado” el cuerpo tiene una cualidad especial. Hoy en la oficina en la que trabaja (y trabajo), caminando entre decenas de mesas colmadas por montañas de inútiles papeles, llenas datos que prueban la existencia de una ineficiente estructura social y administrativa, he percibido que mi “traje” atrae la atención de los humanos machos más de lo esperado. De hecho, las hembras con una edad avanzada, y que deberían atraerles más por su segura mayor experiencia y conocimientos, son completamente ignoradas.
Le he preguntado a una de mis compañeras a qué se debía aquello y, retorciendo un poco el labio superior de su boca (gesto que he identificado al momento como desprecio), me ha respondido: “Eso es porque eres rubia”.
Nota importante: en la Tierra las rubias son consideradas superiores al resto.
Mi compañera era morena.
Día 11
Ayer era viernes, y los chicos de la oficina me invitaron a ir con ellos a un bar después del trabajo. Cuando les dije que nunca había estado en un bar se rieron de mí. El bar es un lugar donde la gente se reúne para comer, beber, empujarse y gritar cosas incomprensibles como “¡Ha sido fuera de juego!” a una pantalla.
En el bar me dieron a probar un extraño brebaje que enseguida me nubló el sentido. Pensé que me habían descubierto y me habían envenenado, pero me explicaron que es un efecto corriente en estas bebidas, por lo que me dispuse a estudiar más a fondo el asunto.
No recuerdo nada más.
Día 13
Hoy los chicos me han contado que el viernes me dejaron en la puerta de mi casa. Dicen que no me sostenía en pie y que divagaba como loca hablando sobre naves espaciales y misiones ultrasecretas.
Yo no recuerdo nada de eso. Espero no haber comprometido la seguridad de la misión.
Día 15
No sé lo que ocurrió realmente el otro día en el bar, pero ahora todos los chicos de la oficina parecen apreciarme aún más que antes. Incluso más que por el hecho de ser rubia. Por lo visto ahora dicen de mí que soy muy "cariñosa". Debo estudiar a fondo este asunto.
Día 20
Hoy Javi, un compañero macho de la oficina, me ha traído hasta casa en su primitivo vehículo. Por lo visto el agua de este planeta afecta a los humanos de alguna manera terriblemente negativa, aunque con una piel tan sensible a los estímulos externos, no me extraña. En este lugar es ponerse a llover y todo el mundo se vuelve loco.
Durante el atasco al que todo humano dedica una media excesivamente alta de su tiempo cada día, Javi me ha preguntado muchas cosas sobre mi vida. Supe sortear todos los interrogantes de manera notable gracias a la guía que me dio el Capitán. Quizás Javi sea un contraespía, debo estar alerta.
En el “coche”, como ellos lo llaman, Javi se comportaba de un modo muy extraño. Tal vez sea un efecto que produce este tipo de vehículos. Me preguntó si las cosas iban bien entre el Capitán y yo, y cuando le respondí pareció sorprenderse de que el macho con el que vivía era mi hermano. Casi salta de alegría. Su actitud desde entonces cambió. Cuando iba a bajarme ante mi casa se inclino hacia mí he hizo algo muy extraño, apretó sus labios contra mi mejilla. Sentí una sensación extraña, diferente a las continuas agresiones que siento sobre esta inmunda piel. Salí del coche algo asustado y entré rápidamente en casa.
Al verme entrar, el Capitán me miró extrañado. Me preguntó si había algún problema con mi traje. Le respondí que no. “¿Y qué demonios es eso?”, dijo alarmado, señalando con varios de sus brazos mi rostro. Me miré rápidamente en un espejo. Estaba sonriendo.
Día 26
Cuando el Capitán ha llegado hoy a casa me ha encontrado sentado en el sofá y con la televisión encendida. Me ha preguntado por qué llevaba puesto el traje si hoy no había salido al exterior. Le he dicho que estaba comenzando a sentirme cómodo en él, y es cierto, sobre todo cuando estoy como en ese momento, en ropa interior. Me ha preguntado, comprensiblemente preocupado, si me encontraba bien. “Por supuesto”, dije. “¿Y eso qué es?”, me preguntó. “Una Coca Cola”, dije alzando la botella. Suspiró y se quitó el traje.
Día 31
He activado el sistema de autodestrucción de nuestra nave, que orbita alrededor del satélite. También he quemado el transmisor que tenemos en nuestra casa y las cámaras bioquímicas.
Ayer Javi me besó. Así lo llaman, besar. Fue en su coche, en un callejón cerca de casa, después de haber salido a cenar los dos solos. Pero esta vez fue distinto, juntó sus labios con los míos, y me rodeó con sus brazos. El caos de desagradables sensaciones que sentí la primera vez que me puse el traje no es comparable a esta nueva sensación. Es todo lo contrario. Creo que es algo que la protección de nuestros verdaderos cuerpos es incapaz de alcanzar, algo que sólo puede sentirse cuando se está dentro de un cerebro humano.
Javi mantuvo una actitud muy exploradora bajo mis ropas durante un buen rato, mientras me besaba. Entonces comencé a sentir un reconfortante calor donde jamás pensé que podría sentirlo, y supe exactamente lo que deseaba hacer con ese macho.
Aún sin poder contactarnos, nuestro relevo debería llegar dentro de 100 años terrestres. Lo siento mucho por el Capitán, pero deberá adecuarse a esta vida y a su traje. Lo que ocurrió en el coche... debo estudiar a fondo este asunto.
Bienvenido/a, Skouris
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