A lo Robinson

Crusoe, claro, aunque con una isla más pequeña

La relación entre Robinson Crusoe y los piratas es más que meramente tangencial. Cuando Daniel Defoe escribió su historia, como buen experto en los asuntos de los caballeros de fortuna, basó a su héroe en un pirata defenestrado. Sí, en efecto: la idea del comerciante naufragado en una isla desierta era un gancho para hacer al protagonista más cercano a sus lectores, pero el auténtico Robinson, el histórico, no terminó por casualidad en una isla desierta.

En la Ley de a bordo que adoptaron bastantes tripulaciones piratas durante la época dorada, cada una con sus particularidades, se incluían distintas penas en función de la gravedad de los crímenes. Y entre ellas, así como los azotes parecían demasiado crueles porque les recordaban a la dureza de la armada, se contaban medidas como abandonar al infractor en una isla desierta con una pistola cargada con una bala y un galón de agua. La pistola, evidentemente, no era para cazar, sino para volarse la tapa de los sesos cuando se perdiera la esperanza de ser rescatado.

Es difícil saber en qué caso concreto se basó Defoe para su historia (aunque generalmente se atribuya el de Alexander Selkirk), pero hay varios documentados de aventureros lo bastante testarudos para haber sobrevivido a su condena... e incluso ser condenados una segunda vez.

En el caso de esta caja Playmobil 3861 nos encontramos con toda la tramoya necesaria para representar al desdichado, salvo la pistola (por aquello de evitar malas ideas). La isla es modesta donde las haya, pero fue la primera de este tipo y, al menos, incluye una palmera y unos retazos de vela para disfrutar de cierta sombra y, lo que es importante también, tres cangrejos para sobrevivir a base de marisco. Tampoco podía faltar ¡la tradicional botella para enviar un mensaje!

Nos tememos, no obstante, que esta también tradicional argucia no tuvo mucho resultado con nuestro pobre náufrago, porque no ha vuelto ha aparecer en ninguna caja Playmobil. Eso sí, no hay que perder la esperanza: se ha dado el caso de algún mensaje en botella que navegó durante más de 130 años...