Climatología

Llueva o truene, diluvie o hiele, ¡el partido ha de continuar! Pero, claro, esto tiene sus consecuencias...

Por regla general, las arenas de Brutal Ball están construidas en terrenos abiertos, y no solo por las limitaciones arquitectónicas a las que están sujetos los constructores de la Ciudadela —cuya capacidad de improvisación, aunque a veces se haya revelado letal, ha sido largamente probada—, sino también porque resulta muy complicado introducir bajo tierra a los cientos de aficionados sobreexcitados y sedientos de sangre que concurren a los partidos.

Así, aunque algunos entrenadores rehúsan jugar encuentros en estadios no cubiertos —y por lo tanto no sujetos a los caprichos del clima—, la gran mayoría acepta estas peculiaridades imprevisibles y, como se suele decir, ponen al mal tiempo buena cara. Después de todo, es muy probable que esa lluvia que hace más resbaladizo el balón perjudique todavía más a alguno de sus rivales...

¿Sabías que...

...la arena de Drakenlair se construyó en el interior de una montaña para evitar los problemas metereológicos?

Sus arquitectos no tuvieron en cuenta que Drakenlair era un volcán dormido y no pudieron evitar que las nubes de vapor afectaran a la visibilidad de muchos partidos, ¡ni tampoco que el público se sintiera como en una sauna!

Al principio de cada partido, a menos que se acuerde lo contrario, el entrenador que vaya a jugar el primero ha de lanzar 2D6 y consultar la siguiente tabla para ver qué efectos tendrá el clima durante el partido. Estos efectos se aplicarán durante todo el encuentro a no ser que el resultado de una tirada de Sucesos en el terreno de juego (como se explicará más adelante) indique lo contrario.

2 – Manto de bruma: Una intensa niebla, una nube de polvo o un miasma pestilente surgido del subsuelo —o del inframundo— desorienta y aturde a los jugadores. Antes de realizar el movimiento de cualquier jugador, se lanzarán 2d6. Si se obtiene un 2, el jugador pierde su turno y permanecerá inmóvil donde estuviera hasta la ronda siguiente. Los jugadores que salgan del banquillo realizarán su tirada al poner el pie en el campo. Los heridos y reservas que permanezcan en el banquillo no se ven afectados.

3 - Mala visibilidad: Un exceso de luz o de sombra hace que sea difícil medir correctamente las distancias y, por lo tanto, realizar pases y pateos precisos. Suma un dado de carga a la dificultad de todos los lanzamientos e intentos de atrapar el balón.

4 a 9 – Sin complicaciones: Las condiciones climatológicas no afectan al partido de un modo significativo.

10 - Precipitaciones: Una persistente llovizna, escarcha, rocío, un ataque de hongos o el polvo arrastrado por el viento hace que los balones estén resbaladizos. Suma un dado de carga de dificultad a todos los chequeos que impliquen agarrar balones.

11- Terreno inestable: A causa de una helada, una lluvia de ranas o cualquier otro fenómeno imprevisto, el suelo está particularmente resbaladizo, inestable, empantanado o polvoriento. Suma un dado de carga a la dificultad de todos los chequeos de esprintar, evitar obstáculos, ponerse en pie o aterrizar.

12 – Caja de truenos: Una fuerte tempestad, ventisca o tormenta de arena afecta al terreno de juego y reduce la visibilidad, la estabilidad y hasta la cordura de los jugadores. Suma los efectos de 3, 10 y 11.

¿Sabías que...

...uno de los resultados más abultados de la historia del Brutal Ball lo obtuvieron los Atrapamoscas de Urbion en la fase clasificatoria del Torneo Cráneo Abierto a consecuencia de unas violentas lluvias torrenciales?

Mientras los escuerzos se movían a sus anchas por el terreno encharcado, los jugadores de las Babosas de Scarswamp, los Ratones Colorados y los Trastolillos de Magritta ¡solo buscaban los balones para agarrarse a ellos y mantenerse a flote!