I Antología de relatos, ensayos e ilustraciones del Premio Internacional de las Editoriales Electrónicas
Reseña de este libro que recoge a las obras premiadas en la primera convocatoria de este concurso de ciencia ficción, fantasía y terror
El PIEE -Premio Internacional de las Editoriales Electrónicas-, tal y como se explica en la introducción de este libro, es una iniciativa que busca dignificar y dar a conocer la labor que realizan las editoriales que publican en formato digital gracias a la plataforma que brinda Internet. Como colofón a su labor del primer año, ha presentado esta antología en papel que recoge los relatos ganadores y finalistas de su primer certamen, junto a las menciones de honor, en las tres categorías que premia: relato, ensayo e ilustración. Al principio puede resultar algo paradójico ver que el fruto de estos editores digitales termina en formato físico, pero en realidad encierra su lógica: permite acceder al público que desconfía de la calidad de las publicaciones digitales.
Desde luego, una vez leídos los trabajos premiados, cualquier duda sobre la calidad se disipa, pues el nivel es, sencillamente, sobresaliente. Paso a comentar uno a uno los trabajos que encontraremos en el libro.
Ashegnemé, el relato de Sue Giacomán Vargas que se llevó el primer premio, es el encargado de abrir la antología. Ejecutado con mucho carácter, presenta una historia sobre esta misteriosa sustancia alienígena utilizada como droga por los humanos en la que encontraremos grandes dosis de erotismo y tensión. Sin duda, un premio merecido.
Cambio de soporte, de Manuel Mije, mantiene el nivel del relato precedente, presentándonos un mundo futurista en el que la realidad virtual se ha convertido en un elemento de ocio de lujo de posibilidades insospechadas... como insospechado es el destino del protagonista. Un relato claustrofóbico en el que la hábil prosa del autor brilla, transportándonos a un reflejo distorsionado, pero tal vez no muy lejano, de nuestra realidad.
La araña tiene patas cortas, de Hernán Domínguez Nino, resulta más clásico en su planteamiento y ejecución, revelándose finalmente como una historia de acción con un trasfondo ecológico tejido sobre una historia de amor. Su punto fuerte es la ambientación, que si bien no es particularmente original como concepto, sí lo es en los pequeños detalles y está muy bien explotada. Una historia muy entretenida y trepidante.
Procedimiento de rutina, de Ramón San Miguel Coca, fue el cuarto relato de la selección, y un extra dentro de la antología; sin duda, ha sido una buena idea incluirlo. Al principio, da la impresión de que va a ser una distopía enraizada en nuestros recientemente agudizados temores sobre el terrorismo global, pero poco a poco uno se da cuenta de que el autor va a dar muchas más vueltas de tuerca. Al final, su descarnado procedimiento de rutina termina calando hondo, mostrando que Ramón San Miguel Coca domina el género a la perfección. Al final, dibuja una sonrisa sombría y agridulce en el lector.
De aquí pasamos a los ensayos recogidos en la antología, y ciertamente hay que denominarlos más ensayos que artículos, pues ahondan con pulso firme en los temas que tratan.
El ganador del certamen, Propuesta para una nueva caracterización de la ciencia ficción, de Julián Díez, es una pequeña joya. Su lectura es muy amena, es de una franqueza encomiable, permite acceder a una panorámica del conjunto de la ciencia ficción en nuestro país fácil de entender incluso para los que no estamos muy puestos y, además, adopta un tono constructivo que denota el interés real que el autor tiene por el género. Un trabajo tan interesante como exhaustivo.
A pesar de ello, Próxima parada: Marte, de Jaime Santamaría de la Torre, no se queda atrás, trayendo el aliciente adicional de la entrevista al astrónomo Geoffrey A. Landis. Quizás al artículo le pese su estructura fragmentaria, que aunque permite abordar el sujeto de estudio -el planeta Marte- desde muchos ángulos llenos de curiosidades, da la sensación de tener menos cohesión discursiva que el precedente. En cualquier caso, es una lectura tan amena como instructiva, y que despierta mucho interés sobre el planeta rojo.
De aquí pasamos a La República del Cielo. Milton, Blake y universos paralelos en "La materia oscura" de Philip Pullman, escrito por Francisco Gimeno Suances. Se trata de otro magnífico ensayo, cuyo principal lastre es que requiere conocer tanto la obra estudiada como tener algún conocimiento sobre la de Blake y la de Milton para apreciar totalmente su exposición. Es quizás el artículo más que más complicaciones planteará al lector, algo que subsana con el interesante anecdotario que incluye entre sus páginas.
Ya como cierre, tenemos las ilustraciones Sin título, de Juan Raffo, que de un modo figurativo recoge hábilmente esa sensación de acercarse al misterio y la aventura, Biomechanical Distress, de Bárbara Din, de un corte menos narrativo y más estético, y Muchacha asomada a la imaginación, de Alejandro Moia, una ilustración con un fuerte componente conceptual y con una composición más arriesgada. Todas ellas son de una gran calidad, y casi conviene más disfrutarlas en persona.
Globalmente, se trata de un libro muy interesante por sus contenidos, y que resulta una buena muestra de lo que se puede encontrar navegando por la red de redes. Resulta curioso constatar que la totalidad de las obras premiadas escritas se encuadran en el género de la ciencia ficción (incluso el último ensayo, que por un momento creí que sería más de fantasía, reconduce sus pasos). Sin duda, la literatura prospectiva sigue estimulando a grandes autores.
Más información sobre la antología y el PIEE en http://premiointernacional.blogspot.com/
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