Los misterios de Londres
Reseña del folletín de Paul Féval publicado por Letra Celeste en su colección Infernaliana
Los misterios de Londres es una novela laberíntica y efectista que se publicó en formato folletín con gran éxito de público en Francia. Curiosamente, Paul Féval no había puesto todavía un pie en la capital británica cuando comenzó a publicar la historia, algo que remediaría más adelante y que, en cualquier caso, tampoco tiene gran importancia en lo que cuenta. ¿Por qué? Porque lejos de ser una novela realista que retrate los auténticos misterios de esta gran ciudad, es más bien una historia rocambolesca de intrigas, traiciones, secretos y suspense que, con algunos cambios no tan importantes, bien podría haberse ambientado en otro lugar.
Su objetivo era hacer competencia directa a Los misterios de París de Eugène Sue, un folletín que marcó un antes y después en el género, y la elección de Londres era conveniente (y de hecho no sería el único que la tomaría: hay otro Misterios de Londres, de George W. M. Reynolds, así como otros ambientados en Marsella, Lisboa, Munich y otras grandes ciudades). La época en la que se sitúa la historia, buscando la cercanía con el lector, es principios del siglo XIX; hay que tener en cuenta que la obra fue publicada entre 1843 y 1844.
Los misterios de Londres de Paul Féval es una historia deudora de la novela gótica en muchos aspectos. La trama es intrincada hasta el delirio, de tal forma que el lector no puede saber por dónde lo llevará el siguiente giro argumental retorcido y osado. Los dos grandes temas son la familia, cómo no, y la clase social. Hay nobles caídos en desgracia, enamoramientos (siempre muy extremos) inconfesables, ofensas imperdonables, juramentos de sangre y toda la parafernalia habitual que encuentra su eco en los escenarios físicos.
Estos son muy sugerentes, desde el siniestro Támesis, convertido casi en un personaje, a los consabidos castillos en ruinas, las mazmorras, los túneles secretos, los palacios plagados de puertas secretas y los antros donde se reúnen los más notorios miembros del mundo del crimen. La idea, sin duda, era llamar la atención del lector con escenarios escabrosos que iban en consonancia con la escabrosa historia de fondo.
Esta resulta difícil de seguir en algunos momentos por la proliferación de personajes y los numerosos secretos que los envuelven, que el autor revela con cuentagotas, siempre buscando un efecto notable. Además, se presentan de un modo tan exacerbado que en ocasiones quedan en arquetipos. Algunos, no obstante, consiguen bastante cuerpo y, al final, todos estarán conectados entre sí.
La trama subyacente, contra todo pronóstico, es una historia política que permitirá a Paul Féval incluso un elogio velado a Napoleón Bonaparte (o no tan velado) y que debía de estar dirigida al público francés. Así, se va descubriendo que no se trata del crimen por el crimen, sino que hay toda una trama para hundir Inglaterra por parte de los irlandeses y los escoceses. Supongo que es un modo de justificar el interés por ese submundo delictivo que termina siendo protagonista.
En conjunto, el libro conectará difícilmente con un lector contemporáneo, aunque no deja de ser paradójico que la reiteración de sorpresas abracadabrantes para enganchar al lector se haya convertido a día de hoy en un recurso muy utilizado en la narrativa. Los misterios de Londres queda, a mi parecer, más bien como una curiosidad de su época, de la que revela muchas más cosas, desde influencias literarias a modos de ver la realidad.
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