La Galia reencontrada
Reseña de la obra de divulgación de Pierre Pinon publicada en Découvertes Gallimard
La Galia reencontrada (La Gaule retrouvée en el original) es una reflexión sobre la reinterpretación de los descubrimientos arqueológicos según la mentalidad de las distintas épocas donde se realizan o se reivindican. Planteada de un modo en buena medida cronológico, explica cómo los arqueólogos amateurs y los salones de curiosidades fueron dando lugar a expediciones más organizadas, redes de eruditos, academias y, finalmente, museos tal y como todavía los concebimos a día de hoy.
Este proceso, en Francia, se vio acompañado de otro en paralelo ligado a la búsqueda de la identidad nacional, el cual se detalla al mismo tiempo. Así, se nos hace partícipe de la pasión de esos primeros investigadores que mezclaban lo prehistórico y lo protohistórico, los galos y los constructores de megalitos, sin solución de continuidad. Más tarde, de la reivindicación de lo galo frente a lo grecolatino como elemento diferencial nacional, y las contradicciones que esto suponía para personajes como el emperador Napoleón III.
El recorrido histórico da de sí para visitar monumentos que fueron devorados por el paso del tiempo, sepultados por el urbanismo posterior que llegó a convertir anfiteatros en barrios, para reflexionar sobre las injerencias políticas e incluso subconscientes en el análisis de los hallazgos materiales, para descubrir las técnicas primitivas de exhumación de túmulos, el papel del cuerpo de ingenieros en el trazado de la red de carreteras romanas o la utilidad de las fotografías aéreas en tiempos más recientes, y un largo etcétera.
La Galia reencontrada no plantea ninguna tesis más allá de lo evidente del tema. Tampoco es necesario: la panorámica es tan completa que permite hacerse una idea por uno mismo del delicado tema de las identidades nacionales, algo que en el caso francés mezcla los legados grecolatino, germánico —a través de los francos— y celta —a través de los galos—, los cuales fueron exaltados o ninguneados según la estirpe del monarca de turno o la inexistencia de uno. El libro, que viene acompañado del habitual material gráfico y de los testimonios directos de distintas épocas, funciona también como magnífico anecdotario.
Un texto recomendable para quien le interese la cuestión de la metodología y la historia de la arqueología, aunque evidentemente viene centrado en el caso francés.
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