Megazoria: Battavia
Trasfondo de los pueblos que habitan el delta del Rhemus, más allá de la confluencia del Waal
La tierra de los battavii o battavios es un terreno traicionero para aquel que no la conozca. Quizás por ello no ha sido nunca dominada por extranjeros a pesar de los numerosos conflictos que avecinan sus tierras y sus aguas.
Aspectos geográficos
Battavia está articulada en torno al amplio delta del Rhemus y conformada por un conjunto de marismas, islas, islotes y pantanos que hacen difícil transitarla sin un guía local. Este terreno aluvial e inestable es rico y permite el crecimiento de bosques parcialmente inundados, cañaverales y planicies cubiertas de gramíneas. La vegetaciones en ocasiones oculta traicioneras ciénagas e incluso arenas movedizas. La cercanía del mar y la presencia de tantas masas de agua tempera el clima y lo hace muy húmedo. No son raras ni las nieblas ni las precipitaciones, tanto en verano como en invierno.
Fauna
Los marjales de Battavia albergan una rica fauna, sobre todo de aves migratorias en la época estival. Sus islas sirven de refugio para la fauna marina y, aunque en ocasiones se revelan traicioneros, sus pastos albergan manadas de cérvidos y, en ocasiones, algunas criaturas incluso mayores. Como depredadores, los nimrávidos son los más abundantes, ya que se han adaptado bien al terreno y son eficaces en sus emboscadas desde la espesura. El hombre parece no correr peligro, si no fuera por las ratas de cañaveral, una suerte de nutrias con aspecto de roedor que pueden mostrarse muy feroces con los animales atrapados en el fango, o los peces hueso, los acanthodias, primitivos peces carnívoros cuyo cuerpo se muestra cubierto de placas óseas, los cuales dominan buena parte del delta y las marismas.
Habitantes
Los battavios son un pueblo germánico. Entre ellos priman las pieles y los cabellos pálidos, que llevan recortados y recogidos en coletas o trenzas. Visten ropas de lana o cuero, por lo general pantalones sobre los que se ponen túnicas cortas cuando el tiempo es más fresco. Aprecian los abalorios pero son bastante sobrios, y dan más importancia a aquellos que hacen referencia a gestas de caza, pesca o combate.
Lengua: Germánica
Escritura: Rúnica
Algunos nombres de ejemplo: De hombre, Chariovalda, Oza, Rando, Hrodgard o Tillo. De mujer, Asuui, Biua, Herlinda, Ramis o Bebelina.
Sociedad y gobierno
Los battavios se agrupan en tribus o familias que mantienen lazos de amistad y lealtad. Solo existe un enclave mayor en la zona, que los extranjeros llaman Batavium, donde se intercambian mercancías con los comerciantes venidos de otros territorios. Battavia, en cierto modo, se mantiene unida por su propio orgullo como nación libre. Los caudillos de cada tribu se vanaglorian de su aislamiento y de sus hazañas de guerra e imparten justicia entre los suyos. Estos, a su vez, responden ante ellos, y nadie más. No hay leyes ni estructuras mayores, pero esto no ha impedido que se formen coaliciones cuando han visto peligrar su independencia.
Aunque dentro de Battavia se pueden encontrar esclavos y siervos, la mayor parte de la población son hombres libres dedicados a la caza y la pesca, es incluso los aristócratas locales viven de un modo, por lo general, sencillo.
Religión
Los battavios rinden culto a sus antepasados, a quienes inhuman al fallecer, y a las fuerzas de la naturaleza, representadas a través del panteón de deidades germánicas. Sus rituales son sencillos y no tienen una casta sacerdotal de ningún tipo. Eso sí, en las profundas ciénagas se pueden encontrar ermitas y adivinos que algunos confunden con vatos y otros con druidas, pero que son temidos e ignorados por igual.
Actividades económicas y lúdicas
La economía battavia gira en torno a la pesca, tanto en el mar como en los estuarios y lagos, y la caza. Estas actividades se complementan con la cría de animales, sobre todo ovejas y gallinas, en las granjas erigidas en las islas y algo de comercio. La artesanía es prácticamente de subsistencia, pero los battavios aprecian sobremanera los caballos y las armas. Estos suelen obtenerlos cuando se enrolan como mercenarios en las guerras con los celtas tanto de Britania como del continente, en las que se han labrado la reputación de ser combatientes feroces y fiables.
En la guerra
Los battavios han participado tradicionalmente tanto en guerras para defender su territorio como enrolados a modo de mercenarios en guerra en el extranjero. La mayor parte de los jóvenes se entrenan en el uso de espadas y lanzas y, como poco, saben utilizar los útiles propios de la caza y la pesca: arpones, venablos, hachas, cuchillos, arcos... Son capaces de organizarse en unidades y desplegarse ordenadamente en batalla. Quienes pueden permitírselo son consumados jinetes.
La técnica, no obstante, que les ha dado fama, es la que les permite franquear cursos de agua sin necesidad de puentes ni de botes: aferrados a sus escudos hexagonales, cuya madera tratan con aceite de peces hueso, son capaces de avanzar totalmente pertrechados, ya que estos les ayudan a flotar y les sirven a modo de boya o canoa. Así, han cogido en más de una ocasión a un ejército enemigo totalmente desprevenido.
En el mar
Aunque son buenos nadadores y están acostumbrados a navegar en botes, los battavios no han mostrado mucho interés, por lo general, por ir alta mar. Algunos sí tienen los típicos botes largos de sus vecinos, bien por haberlos capturado, bien por haberlos construido siguiendo su modelo, y realizan viajes hasta las islas de los britanos, pero, por lo general, se conforman con dominar la desembocadura del Rhemus y pescar por sus proximidades.
Posibilidades de aventura
Battavia es un territorio cerrado y poco hospitalario con los extranjeros. Es más posible que estos se encuentren ahí por accidente, tras haberse perdido o naufragado, que invitados por los nativos. La excepción es Batavium, donde se dan cita comerciantes, cazadores y jóvenes con ganas de aventura. Es el sitio idóneo para reclutar una partida mercenario... siempre y cuando, se sepa tratar con los orgullosos battavios.
Ya en su interior, Battavia puede ser un escenario muy sugerente para aventuras de caza, tanto de animales como de los extraños personajes que habitan en las ciénagas más apartadas, entre monolitos de culturas ya olvidadas. Hay quienes dicen que incluso quedan algunos de los Otros ocultos en las marismas más recónditas y, por supuesto, alguna criatura antediluviana ha podido conservarse en las mismas. Localizar una de ellas y darle muerte podría ser un buen pago a exigir por la mano de una joven o como prueba para aleccionar a algunos jóvenes precipitados.
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