Ultrón Ilimitado
Reseña del nuevo tomo que recopila la etapa de Kurt Busiek en Los Vengadores
Comentábamos en el primer tomo recopilatorio de Panini de la época de Kurt Busiek en Los Vengadores que la cosa empezó como un elefante en una cacharrería, con George Pérez dibujando a todo el plantel de Vengadores en una aventura, por lo demás, menor, y que la cosa no mejoraba de forma sustancial en los números siguientes, con villanos y tramas de usar y tirar, salvo contadas excepciones.
Esta tendencia se mantiene en gran parte de Ultrón Ilimitado, el segundo tomo de la recopilación. Busiek otorga gran importancia al inicio de este volumen a su trama de Triathlon y la Comprensión Trina, con actores secundarios también de su creación como Pagan o Lord Templar. Lástima que, en el fondo, todo huela a caminos ya transitados por gente como Roger Stern, porque lo cierto es que el tándem formado por George Pérez se encuentra en estos tres números en plena forma, creando unas páginas formidables (más allá del espantoso diseño de Pagan, claro).
Después de esto, Busiek y Pérez desaparecerían durante los tres números siguientes de la colección, dejando el testigo a Jerry Ordway. El guionista de Superman, que venía de participar en el crossover Maximum Security, realiza aquí tareas de autor completo y desarrolla una trama en la que los Vengadores acuden a la dimensión de Arkon y Thundra para poner freno a la Brigada de Demolición. La historia, ya de por sí no muy interesante, se ve rematada por el dibujo artrítico del propio Ordway. Aun siendo de la misma quinta que Pérez, la diferencia entre ambos es abismal.
A la marcha de Ordway descubriríamos el porqué de la ausencia de los dos autores principales del título. Aunque Pérez aún tardaría un número -de complemento- más en incorporarse (lo sustituyó Stuart Immonen, quien, aunque aún no había explotado como el tremendo dibujante que es hoy, ya apuntaba maneras), daba comienzo la saga que da nombre a este título.
Con permiso de la que está liando ahora mismo Bendis con Age of Ultron, Busiek y Pérez se plantearon realizar la saga definitiva del díscolo androide creado por Hank Pym. A lo largo de cuatro números, este equipo creativo da lo mejor de sí mismo en una trama que crece y crece hasta llegar a un final apoteósico que, además, concede justa importancia al a menudo desaprovechado Hank Pym.
La etapa de Busiek en Los Vengadores llegaba a su ecuador con una de sus dos cimas (en la otra, la de La Dinastía de Kang, ya no estaría Pérez, sino Alan Davis), pero la sensación era agridulce. Si Busiek era capaz de hacer una saga así, ¿por qué no había rendido de igual modo en los veinte números anteriores? Habría que esperar a la segunda mitad de su etapa para emitir el justo veredicto.
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