Intachable: 30 años de corrupción
Reseña del cómic de Víctor Santos publicado por Panini
Panini Cómics lleva un tiempo ofreciéndonos joyas dentro de su serie Noir y dando un voto de confianza más que merecido a los autores nacionales. Con este Intachable: 30 años de corrupción obra de Víctor Santos la apuesta consolida las dos vertientes en un cómic impresionante.
En primer lugar, por la temática. El arte ha de beber de la realidad para tener sentido. No solo reproducirla o intentar trascenderla, sino beber de ella. Y Santos bebe en esta novela gráfica hasta embriagarnos. Nuestro país está pasando una crisis que marca una época, y si se tiene el coraje se puede mirar a los ojos al origen. De estos polvos... Esta novela negra, porque Intachable: 30 años de corrupción es novela negra de la que llega al corazón, no se ampara en el exotismo o lo cinematográfico para aplacar el dolor que encierra. Es, por el contrario, directa y cercana, terriblemente real y palpable.
Asistimos al ascenso hasta las mayores instancias del estado, de nuestro estado, de un tiburón, de un hombre sin escrúpulos que quiere poder y lo va a conseguir cueste lo que cueste a los demás. Es un viaje con sus etapas que va generando un rosario de cuentas engarzadas con la mafia, la corrupción, las grandes familias, los partidos políticos, los sindicatos... Es una radiografía cruel de nuestro entorno que encuentra su reflejo en las noticias de los telediarios.
La narración se desdobla para dar cabida a dos puntos de vista adicionales y complementarios: el de un policía obcecado en dar sentido a su labor y el de un viejo amigo de infancia de nuestro protagonista que ha emprendido una carrera similar pero por derroteros menos públicos pero igualmente claves.
El trabajo gráfico de Víctor Santos es tan implacable como su guión. Rostros expresivos, personajes plásticos, encuadres de vértigo, rupturas de la imagen, acción, tensión y toda una gama de colores que sintoniza con el lector para sacudirle y estimularle, porque la lectura de Intachable: 30 años de corrupción no es —no puede serlo— mera expectación, sino involucrarse con ese relato sórdido que ha rodeado nuestras vidas y que en los últimos tiempos se ha empeñado en interferir con ellas.
Corrupción, violencia, ambición, alianzas que querríamos que no existieran y el marco irrepetible —esperemos— de nuestro pasado cercano son los elementos que Santos maneja con excepcional habilidad para crear un cómic que estremece. Como los grandes clásicos del género, pero a la vuelta de nuestra esquina.
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