Sendero bajo el hielo

Imagen de Anne Bonny

Reseña de la obra de Jansain y Pablo Zerda publicada por Editorial Saure. Sin duda, la obra más extravagante de su catálogo

Una cosa muy loable en el mercado editorial es apostar por las cosas distintas. Otra es implicarse como artista a la vez que como editor. En “Sendero bajo el hielo” tenemos estos dos elementos cogidos de la mano, pues sin duda es una apuesta artística muy peculiar y, además, es el propio Jean-François Saure quien se esconde tras el pseudónimo de Jansain.

 

¿Por qué digo que es peculiar esta obra? Por muchas cosas.

 

La primera y la más chocante, sin duda, ésa que saltará a la vista del lector desde la primera página, es su estética. El grafismo de Pablo Zerda no deja indiferente. Su calidad es indudable, guste o no el estilo, y, además, aporta un fuerte componente personal, elemento que debería ser indispensable en todo aquél que se considere artista.

 

Sus ilustraciones tienen algo de colage, algo de surrealistas, algo de misteriosas, algo de infantiles y algo de inquietantes. No sabría decir la técnica utilizada (tampoco es que mis conocimientos sean apabullante) pero aun desde el desconocimiento impacta. No se sabe si son fondos de fotografía con esculturas encima, o ilustraciones ultrarrealistas con algunos toques de fantasía. Lo que sí que se tiene claro es que nada es accesorio, y llaman la atención los intensos juegos de colores e, incluso, los bocadillos de los personajes.

 

Estos dibujos tan particulares, que en ocasiones pueden resultar acartonados (por su particular falta de dinamismo, que les da un toque de ensueño muy adecuado, a mi parecer), se amoldan a la narración de un modo sorprendente. Y ésta no es la cosa menos extraña del conjunto.

 

“Sendero bajo el hielo” nos presenta un mundo postapocalíptico donde el hielo lo cubre todo. En este particular mundo –sobre el que no se nos brinda explicación, lo cual, en realidad, no tiene importancia a nivel narrativo- habitan no sólo seres humanos y algunos animales, sino unos híbridos con extraños poderes. De la mano de tres de ellos, un hombre reno, un hombre perro y un hombre gato (creo, aunque en la portada parece más bien un buldog) un grupo de niños se sumerge en un particular viaje junto a un grupo de adultos.

 

Este viaje responde al concepto de viaje más puro en la narrativa: es un viaje aparentemente exterior pero que, con el tiempo, se revela más bien interior. Lo importante en la historia es lo que descubren los personajes, no lo que hacen realmente, y tiene mucho de misticismo (de hecho, los tres semihombres resultan algo gurús).

 

El peso narrativo que tiene la filosofía y el conocimiento dentro de este cómic lo hacen ya de por sí una obra poco común. En ocasiones quizá se insista demasiado en la explicación, lo que hace que la obra vea cómo su ritmo se resiente, pero, en conjunto, consigue transmitir su mensaje.

 

De este modo, en resumen, tenemos una narración de una gran originalidad tanto estética como narrativa, como un trasfondo muy sólido en cuanto a mensaje, pues no es aventura por la simple aventura, y una combinación de ambos más que satisfactoria. Un peculiar proyecto que llamará la atención de aquel que busque algo distinto a lo clásico en un cómic.

 

Sinopsis

 

Unos seres dotados de poderes chamánicos se convierten en la última esperanza para un grupo de jóvenes, en una moderna edad de hielo.

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