Star Wars: Imperio Oscuro I
Seis años después de la batalla de Endor...
He de decir, antes de empezar, que soy fan del universo Star Wars desde hace más de veinte años. De modo que, para bien o para mal, no he sido un lector "neutral" de este material. Pero, ¿quién puede serlo? Conocía la primera parte de la serie de cuando se editó inicialmente en entregas (por Norma Editorial). La edición original es de 1995. Lamentablemente, nunca conseguí hacerme con la colección completa, hasta ahora, gracias a la edición del tomo recopilatorio Star Wars: Imperio Oscuro de Planeta DeAgostini.
Imperio Oscuro narra el periodo de tiempo tras la trilogía de La Guerra de las Galaxias (la original) y también tras la trilogía de libros escritos a principios de los noventa por Timothy Zahn y publicados por Bantam (Martínez Roca en España), conocidos como la continuación de la saga cinematográfica. En Imperio Oscuro se trata, como su título indica, de una época tenebrosa en la que los rescoldos del malvado Imperio Galáctico todavía conservan algo de su fuerza. Justo al contrario de lo que sucedió con los episodios I a III, donde se muestra una República que todavía no ha perdido su esplendor y su brillo, donde uno puede afeitarse reflejado en el casco de sus rutilantes naves, Imperio Oscuro nos enseña un universo todavía decadente, donde las consecuencias y el retroceso de la guerra son tanto o más patentes que en los episodios IV a VI. Esto es ya un planteamiento que hace muy interesante a esta serie.
La trama comienza, como es costumbre en esta saga, in media res. Es decir, el primer minuto de lectura nos sumerge ya en la acción. Han, Leia, Chewbacca y C-3PO se dirigen en el Halcón Milenario a Coruscant, corazón del antiguo imperio, donde Luke, acompañado de R2-D2, ha acudido siguiendo una intensa perturbación en la Fuerza.
Skywalker ha llevado lejos el dominio de las disciplinas Jedi y se presenta como un poderoso maestro, un terrible oponente tanto para las tropas de asalto imperiales como para los bandidos que asolan la galaxia en esta fase de la tardía de la guerra. Es la esperanza de la nueva República, pero este mismo poder puede convertirlo en un valioso aliado de su eterno enemigo, el lado oscuro de la Fuerza... Luke lo arriesgará todo para enfrentarse al núcleo del mal, mientras que sus compañeros emprenderán un viaje paralelo con el mismo fin, un trayecto que los llevará por planetas corruptos, grandes batallas espaciales y varias sorpresas.
¿Prevalecerá el bien? ¿Será de una vez para siempre? ¿Qué precio tendrán que pagar nuestros héroes?
Tom Veitch elabora una historia que, si bien contiene elementos innovadores, se ajusta a los cánones de la Space Opera al más puro estilo Star Wars, combinando ambos tipos de elementos con éxito. Aunque se nos lleva por mundos no vistos en detalle hasta este punto de la historia, o no de este modo, y por nuevas situaciones límite, las referencias a los elementos de siempre son constantes y podrían por momentos considerarse un poco forzadas, así como algunas apariciones podrían resultar algo ingenuas a algún lector demasiado estricto. Pero, ¿acaso no es este el espíritu de esta saga épica y uno de sus alicientes?
La introducción a esta serie, por cuenta de Ralph McQuarrie (diseñador de la trilogía original), habla del magnífico estilo propio que tiene esta serie. Es así. De igual modo que el guion, el dibujo de Cam Kennedy goza a la vez de un detallado y preciso carácter propio, pero respetuoso con el contexto, y nos deleita con enormes estructuras, diseños de nuevas naves y negras monstruosidades que hacen palidecer a los destructores estelares imperiales.
En suma, esta recopilación es un cómic con el que disfrutará cualquier amante del género y un elemento imprescindible en la colección de los amantes de la Guerra de las Galaxias. Además, el tomo recopila tres series (Dark Empire I, Dark Empire II y Empire's End). Este artículo trata de la primera (las demás serán reseñadas próximamente en OcioZero).
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