Un paseo entre las tumbas

Imagen de Boras

Reseña de la novela de Lawrence Block publicada por Emece

Lawrence Block es uno de los clásicos del género policiaco y cualquier obra suya da muestra de su maestría.

Aquí aparece uno de los personajes que ha creado, Matt Scudder, que es digno representante del género. Es un investigador privado, sin llegar a serlo, ex policía, ex alcohólico y capaz de reunir en torno así una fauna tan variada que sólo sería posible en las novelas de Block y en el Nueva York que nos retrata.

“Conocí a Elaine años atrás, lejos, en Long Island, cuando era un policía alcohólico con una placa dorada nueva en el bolsillo y una esposa y dos hijos. Durante un par de años tuvimos una relación que nos venía muy bien a los dos. Yo era su amigo en el lugar de trabajo, que estaba allí para guiarla y sacarla de líos: fui llamado una vez para sacar a un cliente muerto de su cama y llevarlo a una calleja del distrito financiero. Y ella era la amante soñada, bella, brillante, graciosa, profesionalmente experta y, sobre todo, tan agradable y poco exigente como sólo una puta puede serlo. ¿Quién habría podido pedir más?” Pag.22.

La novela nos muestra con claridad los entresijos y suciedad de la Nueva York de mediados de los noventa. Un lugar donde la delincuencia, la droga y la prostitución es una parte más del paisaje urbano, como las cabinas de teléfono o los rascacielos.

Block dibuja con gran claridad la ciudad, tanto que nos transmite sensaciones muy reales a los que nunca hemos estado allí. La sensación de ser una ciudad enorme, una ciudad dura y un gran potaje de personas y de culturas. Aunque en un primer momento te hace torcer el gesto llegas a comprender que el retrato muestra una ciudad tan viva y vital que costará sustraerse de no visitarla a la menor ocasión.

La novela arranca con un hecho luctuoso y partir de ahí comienza la investigación, muy bien llevada y trabajada, tanto que hace dudar de la facilidad de otras novelas de género y demuestra la simplicidad de algunos argumentos en estas. Hay que tener presente la época en la que fue escrita: no existían apenas los móviles, se comenzaban a implantar ordenadores y todo era bastante más caótico.

Block distribuye con maestría momentos duros con dosis de humor y por poner un ejemplo ahí va:

“Ah, ¿ y yo me había enterado? Habían aparecido pruebas de que nuestro señor era Irlandés.

Ah ¿sí?

En efecto –dijo-. Ten en cuenta los hechos. Vivió con sus padres hasta los veintinueve años. Salió a tomar unas copas con los muchachos la última noche de su vida. Creía que su madre era virgen y, ella misma, la buena mujer, creía que él era Dios.” Pag.142.

Otra nota a favor de la novela es la recreación de hechos. Son tan vívidos y tan reales que en algunos casos hacen erizar los cabellos. A ello contribuye la buena maña de Block que no se oculta a la hora de tratar algún hecho violento o incluso de una brutalidad insoportable o una relación sexual. Tampoco relaja la mano al hablar de experiencias:

“Ahora está en paz, el pobre. Creo que es lo que siempre quiso si lo piensas bien. La única paz de la que disfrutó en su vida fue cuando tenía heroína en las venas, y aparte del intenso placer, lo más dulce de la heroína es que es como la muerte. Sólo que el efecto es pasajero. Eso es lo bueno que tiene. O lo malo que tiene, supongo. Depende del punto de vista.” Pag. 380

Por todo ello es novela de gran consumo y de fácil digestión. Contiene una prosa sencilla, muy bien trabajada y las páginas vuelan sin apenas prestar atención.

No sólo te hace disfrutar de la novela sino del mundo a su alrededor, es una obra que escarba con gusto en Nueva York y demuestra con mucho garbo que la novela esta a la altura de la ciudad: es dura, divertida y no se puede dejar.

Se recomienda su lectura de todas, todas, no sólo de esta novela, de cualquiera del autor, aunque en nuestro país es ciertamente difícil por la escasa atención que despierta en las editoriales nacionales.

 

Ficha técnica:

381 páginas

13 x 23,2 cm

Tapa blanda

ISBN 84-7888-284-7

EMECE

Fecha de publicación 1994

 

Sinopsis

"Un millón de dolares en efectivo o matamos a tu mujer". Los traficantes de drogas son presa fácil de la extorsión y, por razones obvias, no pueden acudir a la policía. Kenan Khoury recibió el mensaje, pero vaciló frente al precio del rescate: no volvió a ver a su mujer con vida. Ahora sólo piensa en vengar su muerte. Para ello contrata los servicios de Matt Scudder, un detective privado sin apenas trabajo y que sufre algún que otro problema con el alcohol. Con ayuda de dos genios de los ordenadores, un punk callejero y una amiga prostituta, Scudder busca a los asesinos en los bajos fondos de Brooklyn.

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